Roma, mon amour

Roma, Dia III

Descansados y con la panza llena salimos hacia el sur, para tomarnos un bus a la Via Antica. Pasando por la puerta de San Sebastiano, dejamos atras el muro antiguo y salimos a las afueras de la ciudad. Nuestra primera y principal parada fueron las catacumbas de San Calixto. Un cura italiano oficio nuestro primer guia oficial por los 200m de tuneles y bovedas. Las catacumbas se extienden por 20km hasta el centro de Roma. Entre el 300 y el 500 d.C. los primeros cristianos enterraron a medio millon de creyentes y con la tierra que sacaban formaron la colina sobre la que estabamos parados. El viejito era un genio, hablando en espaniol pero bien a lo tano nos contaba todo de forma entretenida, tirando chistes y un poco boludeandote pero no, un divino il vecchio. Fue muy emocionante ver la obra de los primeros cristianos, la fuerza de su fe, reflejada en simbolos que hasta un ninio podia entender: un pez, una paloma y una vasija.

Despues de almorzar unas manzanas hechados en el pasto seguimos viaje. Lamentablemente no llegamos a ver los acueductos porque estaban muy lejos, pero nos contentamos con un par de ruinas y una torre a la que entramos diciendo que eramos estudiantes de arquitectura.

Volvimos al hostel a buscar las mochilas y nos despedimos de Raels, el otro encargado del Freestyle Hostel. Mientras cocinabamos un poco de arroz con el, nos conto que era de Katmandu, Nepal, y que estudiaba Hoteleria en Milan. Deseandole toda la suerte en sus estudios, nos fuimos a Termini a tomar el tren a Pisa.

El viaje se paso rapido, comimos el arroz y dormimos un poco. La sorpresa de ver el Mar Tirreno fue ciertamente lo mejor. A eso de las 22hs llegamos a la estacion de Pisa. Buscando un rinconcito tranquilo para tirar las bolsas de dormir nos encontramos con un polaco con aire preocupado. Nos dijo que tenia que dormir en la estacion asi que lo invitamos a 'nuestro hogar'. Detras de una columna puse 4 postes con cintas de los que se usan en las filas de los cines, y asi nacio la fortaleza de Pisa. Pasar la noche en una estacion no es algo desagradable, si no lo tenes que hacer todos los dias. Entre los constantes avisos del megafono, la gente que pasaba y el piso duro, nos arreglamos para dormir 9hs.

Marcin, que polaco lindo!