jueves, 11 de septiembre de 2008

La Dolce Vita

Roma, Dia II

8:30 Bien temprano para agarrar el desayuno tranquilos (leche con tostadas con manteca y dulce), nos levantamos para ir al Vaticano. Saliendo del hostel ayudo a una viejita a bajar su carrito por las escaleras y nos regalo 2 caramelos, divina la anciana. Los caramelos, una cagada. Mezcla de que no entendiamos y que nos hicimos los boludos viajamos gratarola en el colectivo. Atravesando Roma por la Piazza della Republica, la Via Nazionale, y cruzando el rio Tiber por sobre el puente Vittorio Emmanuelle II para entrar en los dominios del papamovil. Le pifiamos y no hicimos la entrada triunfal a la Plaza San Pedro, de cote pasamos las columnas y nos encontramos con la Basilica.


Los guardias suizos, una pinturita

Gente de todas partes tomando fotos, descansando, haciendo filas o bebiendo de una fuente. Ponjas, alemanes, gallegos, un ecuatoriano re perdido, ingleses, franceses, una pareja de argentinos escasos de dinero, y muchos mas. Y a tal diversidad de gente, igual repertorio de guias, asi que la seniorita (donde estara la enie) poliglota y yo robabamos informacion de 5 idiomas distintos, pero nuestra favorita era una vieja tana que hablaba en castellano.


Al entrar en la Basilica me sorprendio que no fuera mas grande, una hora despues y tras recorrer cada rincon estabamos exhaustos. Apenas entrando a la derecha se puede ver la Piedad, de Michellangelo. Sorprende la belleza que puede tener una piedra. La magnitud del marmol, el oro, las estatuas, todo es a medida colosal. Nos dejamos llevar por una corriente de gente a traves de las galerias donde descansan los restos de los papas, hasta que tuvimos en frente a Juan Pablo II. El silencio se derrumbo sobre el grupo mientras contemplaba a un gigante de la historia.

San Guidulio

Dejando atras a San Pietro sosteniendo las llaves del cielo, caminamos por la ciudad hasta el Museo del Vaticano, que es increible, fascinante, pero no termina mas! No se puede entender como hizo Michellangelo para pintar la Capilla Sixtina. Es admirable, pero no puedo decir que me parezca hermosa. Abandonamos la ciudad papal con la vista del Castelo Santangelo, caminando por la ribera del Tiber por veredas que hacian recordar a Buenos Aires.





Perdidos entre callecitas romanas desembocamos en la Piazza Navonna, destino obligado de tours turisticos, artistas callejeros, bon vivants, y viajantes esteticos (ratas) como nos. Sentados sobre la fuente nos sorprendio el violin de un gordito que acaparaba la atencion de la gente entonando con menos talento que gracia el O`Sole mio. Hubiesemos querido estar mas tiempo disfrutando de la musica, los puestos de pintores, los balcones con flores, pero teniamos que estar a las 7 en el hostel para cenar.




Muertos de hambre

La fachada del Panteon data de la Republica Romana, dos mil y pico de anios. Una remodelacion hecha por el emperador Adriano y la transformacion del templo en iglesia nos dejo la impresionante edificacion que admire con la boca abierta.

Un viejito enigmatico

La imagen que tenia de la Fontana di Trevi variaba un poco de la realidad. Oscuros pasadizos de varios peldanios lo guiaban a uno hacia un rincon perdido en las profundidades de Roma donde abordaba una fuente llena de luz. La version real quizas no tenga tanto de fabula, pero no escatima en grandeza. Pero nada me habia preparado para la sorpresa que me dio la fuente. Despues de descansar los pies en el agua fresca, y mientras le pedia a un ingles que nos sacara una foto, algo chiquito que saltaba entre la gente se poso delante nuestro. Y asi fue nuestro encuentro con mi amiga Elisa en la Fontana di Trevi, y las casualidades son cosas de necios.



Inexplicablemente nos las arreglamos para llegar a cenar, esta vez con dos chicas y un chico de Pau, en el sur de Francia. Como habiamos quedado a las 21hs con Eli y su amiga Belen, para seguir con los buenos habitos 21.30hs nos encontramos en las escaleras del Campidoglio, para presenciar el concierto mas extranio del lustro. Bordeando el fastuoso monumento a Vitorio Emanuelle II caminamos hacia el norte de la ciudad.

Despues de hacer una parada en la Fontana di Trevi para tirar una moneda y asegurarnos la vuelta a Roma, y comprobar que la fontana "e piu bella alla notte", nos dirigimos a la Piazza Spagna.

Simulacro del encuentro

Con Elisa, un plato

Tras congelarnos los pies en una fuente con forma de barco nos sentamos en las escaleras mirando la piazza. Un taxi se detiene en plena calle, el chofer se baja para lavarse la cara en la fuente, vuelve al auto y asi como llego, se fue. Roma.



Nos despedimos de Elaisa y Belen hasta la proxima, y nos fuimos al hostel. Ahi me quede hablando con Tito, el encargado, quien me conto que hace 6 anios habia venido de Bombay, y que nuestro barrio estaba repleto de gente de Bangladesh, al este de la India, uno de los paises mas pobres del mundo. No me sorprende que quieran estar aca.

miércoles, 3 de septiembre de 2008

Té con Mussolini

Roma, Dia I

Siamo arribato a Roma! A las 4.30 de la matina estabamos arriba para tomarnos un avion de linea barata. Como siempre, super cagado, pero esta vez tenia a Nela para agarrarle la mano como un puto. Con dos horas de viaje pudimos dormir un poco, aunque por suerte nos despertamos para ver el increible amanecer. El cielo estaba dividido entre un azul oscuro, celeste, verde aguado, amarillo y naranja, con un piso de nubes negras que parecian acantilados.

Tenemos suenio

Una horita despues, cuando solo se veian nubes blancas, de repente, la costa de Italia, no lo podia creer, mirando cada pueblito, separado por cinco quilometros nomas de campo plantado, hermoso. Hasta que empece a notar que las casas seguian y seguian y deduje que estariamos en la Roma. Del aeropuerto nos tomamos un bus que nos dejo en Termini, la estacion central, y de ahi caminamos a nuestro hostel. Enseguida notamos algo medio raro, como si los italianos tuviesen un aspecto mas hindu/chino/africano que de costumbre, y llegamos a la conclusion que estabamos en el barrio mas pillastre de tutti la capitale. Pero por suerte llegamos al hostel, para encontrar que no desentonaba con el barrio! Poco a poco aprendimos a quererlo, aunque este lleno de ingleses y atendido por un hindu gracioso.



Enseguida nos pusimos en camino para conocer la ciudad. Todo muy raro, entre que estabamos cansadisimos por el vuelo, que no parabamos de ver hindues, y que los tanos conducen como la mierda, no entendiamos demasiado. Pronto nos topamos con un negocio de Kebap, comida tipica turca, bien tobara. Lo que parecia nuestra salvacion, se transformo en una cosa picante que no podia digerir, mientras el sol nos regalaba unos 40 grados. Sentados en una fuente, frente a la iglesia de Santa Maria Maggiore, disfrutamos nuestros kebaps. Primera caracteristica que me enamoro de Roma: hay fuentes de agua potable bien fresca por todos lados, por si no se entendio, Gratis! Asi que mis deficiencias sudoriparas se vieron un poco aliviadas.

Una ferviente devota

De la iglesia nos mandamos por unos parques rumbo al Coliseo, pasado un poco de tiempo, nos parecia raro no verlo, hasta que llegamos a unas canchas de futbol y vimos que entre los arboles podiamos ver el Anfiteatro de Flavio, solo que habiamos ido por la parte de atras, que da a una colina, y por eso estaba oculto.


El Coliseo es increible. Mas chico de lo que uno se imagina, pero mas imponente que cualquier presuncion. Los 8 euros de la entrada dolieron, pero como le dije a Nela, si mi viejo se entera de que no fui, me deshereda. Guia, 4 euros. Audioguia, 2 euros. Colarseen 3 grupos distintos y escuchar lo que puedas, no tiene precio.



Un banana

Pasear por los corredores, a la sombra de los arcos, caminando entre columnas inmensas, para entrar al calor sofocante del sol romano que calcina las piedras de las gradas. En lugar de la arena donde luchaban a muerte los gladiadores, solo pueden verse los tuneles donde guardaban a las fieras. Bordeando el Arco de Constantino nos dirigimos al Palatino, la colina donde habitaron los emperadores que, desde Augusto, ampliaron las edificaciones hasta tener que ampliar la colina misma. De ahi viene la palabra palacio. Obviamente nos metimos en un tour con una inglesa que se le entendia perfect.


Vista del Vaticano


Finalmente bajamos al Foro, esta vez sin guia, paseamos entre las ruinas de lo que fue el centro politico/economico de Roma, hoy una pila de piedras. Como estabamos muertos de cansancio nos fuimos directo al hostel, comimos nuestra racion de macarrones con un australiano, 2 voluminosas canadienses y un serbio medio fanfarron, y nos acostamos.


El templo de Saturno





lunes, 1 de septiembre de 2008

Los días previos

Volvimos de nuestra aventura de explotación destruidos. Dormimos un día entero. La noche siguiente salimos "de tapas", a picar algo, con Roci y María, grandes amigas de Nela, a su bar de siempre, atendido por filipinos, a pocas cuadras de mi futuro hogar. Comimos unas rabas, unas patatas bravas y unas croquetas con unas maltas fermentadas. El viernes a la noite fuimos al cine con Tata, la hermana de Nela, a ver Wall E, la del robotito, que está excelente.

La vista desde la casita

A la mañana siguiente nos fuimos con mamá Adriana al pantano (embalse) del Burguillo, en Ávila. Allá nos esperaban Maribí y Luisito, sus amigos hippies, para comer fideos al pesto y flancito casero. Su casa está adentro de una reserva ecológica en medio de montes y bosques, los hippies chochos. El día estaba bárbaro, nos metimos al aqua y todo.






Cuando llegamos a Madrid pasamos por mi piso. Roci, mi casera, nos mostró tutti y finalmente me elegí uno de los tres cuartos. Acá va un videito mostrándoles mi humilde morada.

(próximamente)

De ahí la llevé a Nela a cenar con sus amigas, nuevamente comida china y con ayuda de mapita me volví solo manejando hasta su casa. Después las pasé a buscar y fuimos a un boliche, pero no entramos y nos volvimos a dormir.

Ayer nos pasamos el día preparando las cosas para el viaje, viendo hostels, rutas y esas cosas. Dio la casualidad de que cumplíamos 1 año con la señorita Mayer, y como yo estaba de visitante, me llevó a un restaurancillo en pleno Paseo de la Castellana, la crème de la crème. El lugar estaba en un boulevar en la avenida, con las mesitas arafue, con árboles y un pianista al lado nuestro, de lujo. Ella se pidió un pocito con papas, y yo un secreto ibérico uhh, chancho con salsita de ají verde con papas panaderas a la oliva, gordo te morís. Unos calamares para acompañar de entrada. Y nos atendió un peruano lindo. Para el postre, fuimos a una heladería argentina que estaba del rechupete, en pleno barrio cheto madrileño. Y para coronar la noche, lo conocí a Rober, amigo íntimo de Nelson Mandela, cuando pasamos a recoger a Adriana.








Hoy lunes fuimos a sacar los pasajes de tren, no tienen idea de lo que me dolió gatillar. No puedo dejar de pensar el cambio a pesos, me está matando. Después me la pasé entre armando la mochila, comprando cosas a último momento y creando este blog. En unas horas estamos subiendo al avión hacia Roma. Nos espera un mes de viajar como ratas por ciudades y lugares increíbles como Florencia, Venecia, Lujbljana, Budapest, Viena, Praga, Berlín, Amsterdam, Bruselas y Brujas, además de posibles desviaciones. Es un viaje que quiero hacer desde hace mucho tiempo, y ustedes saben lo que voy a disfrutarlo, mucho más teniendo a mi compañera.

Reflexionando un poco sobre lo que estoy viviendo, quería transimitirlas la felicidad que siento, y la tranquilidad con la que estoy viviendo el día a día, disfrutando cada momento sin pensar en lo que vendrá, que seguro será increíble. Quiero que sepan que pienso mucho en ustedes, en un estado de tanta alegría, no dejan de estar presentes. La distancia pesa, y algo que quisiera compartir ahora con alguno, no puedo hacerlo, pero se que en un tiempo lo haré, y eso me tranquiliza. Un beso grande de Nela y un abrazo de los míos para todos ustedes. Soy feliz, los extraño, los quiero mucho.


Escapada a Alacant

En valencia se habla el valenciano, dialecto muy parecido al catalán, pero no se lo digas a un valenciano. Un día que Nela tuvo libre nos tomamos el bus y nos fuimos a pasar la mañana a Alicante. La ciudad es como una Mar del Plata pero bien cuidada, sin lobos marinos, Havanna, ni casinos. Pero tiene mucha historia, callecitas estrechas muy antiguas que suben por una colina que termina en un castillo medieval, que no era la gran cosa, pero iluminado de noche estaba de pelos. Yo en mi salsa, como diría Susi Venaró.

Super paseo con palmeras y piso psicodélico


Como yo entraba a trabajar a las 5 no teniamos mucho tiempo, y como ya estabamos baqueteadísimos de varios días de trabajo, figaciamos y no subimos al castillo, craso error, pero trataremos de compensarlo en nuestro tour europeo. Con el calor que hacía a las 2 de la tarde pasamos frente a una iglesia muy antigua y nos topamos con un barcito escondido con sombrillas afuera. En ese momento decidimos tirar nuestra vida comunista por el caño y tomarnos unas cañas, uh lalá danett.





Por si no lo han notado aún, las fotos que tenemos de nuestra estadía en Alicante no son de la mejor calidad, debido a que fueron sacadas con una camarita descartable de Disney, €4. Con la Braun habría hecho maravillas. Así que ni intenten de hacerles zoom, son inarreglables. Luego de refrescarnos un poco, caminamos en dirección al castillo hacia la parte más antigua de la ciudad, descansando cada una cuadra porque el calor era terrible. Y así llegamos a una pequeña placita en medio del barrio, con casitas pintadas de colores al estilo de La Boca, muitu bonito.


Como se acercaba la hora de mi trabajo nos encaminamos para tomarnos el bus y de paso recorrimos un poco más de la ciudad. De almuerzo nos comimos una pizza fría que me regalaron en el trabajo, sentados en un burguer king, eso es vida.




15 días a lo negro

Después de una ruta llena de pueblitos, sospechosos hoteles para camioneros, turbinas eólicas y castillos medievales (oh sí) arribamos a la costa del Mare Nostrum. De Alicante, nos fuimos en tranvía a la playa San Juan, unos kilómetros al norte, y nos instalamos en el camping Bon Sol. Esa noche descansamos y nos hicimos los capitalistas comiendo unos lomitos, y después nos metimos al mar con una luna increíble. Lástima que cuando volvimos al camping nos dimos cuenta que la carpa me quedaba medio corteza, y Guidito previó un negro futuro para sus pies. Al otro día nos despertamos con un sol sofocante y nos dispusimos a disfrutar de los placeres de la playa, cuando cayó un poco la tarde y se podía vivir al sol emprendimos nuestra odisea laboral, preguntando en cada restaurante/bar/cosa si necesitaban un camarero o un skater. Luego de varias negativas pero sin perder el ánimo, llegamos a una heladería de escaso atractivo donde nos recibió una mujer un tanto rara. Para nuestra sorpresa me dijo que empezaba el viernes. Creyéndome un maestro seguimos caminando por El Campello, otra playa con un largo paseo muy lindo y una torre anti-moros del siglo XV, hasta que llegamos a un bar café inglés donde vieron con buenos ojos a Nela, y al otro día le confirmaron el puesto de camarera sexy.

"Pelado descansando", por M. Mayer

Y así fue como Guido y Nela entraron al maravilloso mundo del empleo en negro. El trabajo era divertido, sirviendo cerveza, granizados, helados y café. Los otros empleados eran 2 hermanas chaqueñas y un pibe de Córdoba. Así siguió por dos días, hasta que la hija de la dueña cayó con su novio para desplazarme como un rey. Pero, como sus papás se encariñaron conmigo, Consuelo, la dueña que era medio drogadicta y creo que cayó sedada, me dio 100 euros. Ese día entré en crisis, Nela tenía trabajo y yo era un zángano ocioso, traté de disfrutar lo más que pude, y a la tarde me caminé 7 kilómetros preguntando en todos lados. Milagrosamente, al otro día me encontré con una llamada de Antonio, el dueño de la heladería artesanal Verdú, en el Campello. El pibe va a ser heladero! Así que palito bombón helado, arranqué llevando tarrinas, barquillos y bochas de gelato a los comensales durante 9 días 9 horas al día por €410, viva la explotación!

Los tórtolos en el Campello


Pero todo lo compensaron mis compañeros de trabajo buena onda. Por un lado estaba Josecito, el hijo del dueño. Siempre que le tiraba un comentario soltaba su risita graciosa, yo no entendía si le copaban mis chistes o no me entendía porque hablaba muy rápido y se reía de compromiso. Pero las charlas cuando estaba tranquilo o después del cierre con una birrita en la mano fueron memorables. Después teníamos a Antonio Jr. o Tony, el hermano de José, con quien tirabamos chascarrillos constantes, así como con Andrea, su novia. Y por último, Luisa la colombiana! una genia. Siempre bardeando a alguno, riéndose de otro y por sobre todo mi compañera de burlarnos de los gallegos. La primer persona que conozco que fue a 2 recitales de Vilma Palma. Fascinante.

Camarera sexy

A todo esto la señorita Mayer disfrutaba de un cómodo empleo de camarera siendo explotada por un gordo desagradable inglés llamado Jhon. Con ella estaban Kallum el escocés, Anna la checa (q nos hizo todo un mapita de Praga), y Faye la inglesa, y Rachel la gorda. 6, 9 y 12 horas en eternas jornadas de 5 euros la hora, el mismo precio de la cerveza más cara. Currito de por medio, gracias al bar-café la Brisa pudimos desayunar, almorzar y cenar gratarola. El resto se reducía a cocinar en el camping arroz con atún, arroz con tuco y arroz con tuco y salchichas.

El camping estaba muy bueno. Baños de lujo, unas mesitas con toldo para comer, franceses, ingleses y tanos gritones las 24 horas. Cerca nuestro había un trailer de un viejito español jubilado y su pareja colombiana que nos adoptaron totalmente. Como ya dije dormíamos como el ojete, situación que aliviamos un poco al adquirir un almohadón de un sillón abandonado. Para colmo a 1 día de irnos descubrimos que nuestro vecino se había ido sin pagar dejando la carpa y un colchón adentro.

Algunos concejos del mundo gastronómico: ir a comer afuera siempre tiene sus riesgos. Si te traen algo distinto a como lo querías y pedís que lo cambien, la bochita de helado esa que te comés con tanto gusto, la agarraron con la mismísima mano con la que se asicalaron el trasero. Es así.

Por último, es excelente ver como se formaban poco a poco mis diferentes clientes. Por un lado el loquito que siempre venía con la misma remera sucia, con pelos en las orejas y en la nariz y se pedía a la misma hora una cervecita con papas, en vaso, ojo, y me hablaba de reggea por la remera de positive. Después, el gordo blanco que no paraba de fumar y venía, se pedía un cortado y se iba sin pagar. El viejo que todos los días se pedía 2 ballantines con coca, y la vieja que llegaba al toque por un gin con jugo. La pareja con el perrito. La flia de caracúlicos. Los ingleses que dejan buena propina. El rumano miserable. Los niños franceses del banana split. Qué tiempos aquellos! Creo que llevo a Arnaldo en el alma.